Porsche 911 Turbo (930)
Nacido en los setenta, el 911 Turbo (930) llevó la turbocompresión de las pistas a la calle y redefinió lo que podía ser un 911. Con su icónica “cola de ballena” y guardabarros ensanchados, fue una declaración de intenciones: menos adorno, más función, todo al servicio de la velocidad.
El 930 parecía tranquilo… hasta que el turbo despertaba. Esa patada tardía llegaba muchas veces a mitad de curva: el eje trasero, con todo el peso colgado, empujaba de golpe y el auto giraba sobre sí mismo si dudabas una fracción. Sin ayudas electrónicas, con dirección y frenos crudos, el margen era cero: si levantabas el pie tarde, te mordía. Ahí nació el apodo que lo marcó para siempre: “widow maker.”
En rutas y circuitos se ganó fama de indomable y deseado a la vez. Fue el auto que unió el pasado purista del 911 con una era de potencia sin filtros, dejando una huella que aún define a los Turbo modernos.
Esta obra rinde homenaje a ese mito: líneas tensas, silueta atemporal y presencia inconfundible. Un tributo para quienes entienden que algunos autos no son solo autos, son leyenda.







